martes, 20 de octubre de 2015

Acerca de lo Leve y lo Líquido

En todas estas características de los fluidos implican que los líquidos a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su forma. Los fluidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo.

En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial pero neutralizan el impacto y disminuyen la significación  del tiempo, los fluidos no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente proclives a cambiarla; por consiguiente, para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que puedan ocupar: ese espacio que, después de todo, sólo llenan por un momento. En cierto sentido, los sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo. En la descripción de los sólidos, es posible ignorar completamente el tiempo; en la descripción de los fluidos, se cometería un error grave si el tiempo se dejara de lado.

Estas razones justifican que consideremos que la “liquidez” son metáforas adecuadas para aprender la naturaleza de la fase actual  en muchos sentido de la historia de la modernidad.

Las principales ideas claves que resumen éste estado de modernidad líquida son:

1.- En la modernidad líquida los tiempos acelerados provocan cambios socio-culturales.

2.- El estado líquido se define por el breve goce de las cosas.

3.- En la modernidad líquida la educación no es vista como un proceso sino como un producto, por lo que el conocimiento se usa y se tira.


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